De Erasmus con el IES Plaza de la Cruz de Pamplona y su proyecto KA122-SCH «Los sonidos del Camino: música, danza y literatura» - De Erasmus con el IES Plaza de la Cruz de Pamplona y su proyecto KA122-SCH «Los sonidos del Camino: música, danza y literatura» - Dpto

Steven, Orhan, Sara, Alejandra, Noelia, Laura, Marcos-Otto, Carol, Claudia y Aintzane son los diez estudiantes de 1º de bachillerato, del IES PLAZA DE LA CRUZ de Pamplona, que han logrado aprovechar, no sin dificultades ni coraje, las extraordinarias oportunidades de aprendizaje y desarrollo personal y social que brinda la participación en un proyecto de ERASMUS PLUS.

Nuestros héroes caminaron (caminante, no hay camino) junto a compañeros de Italia y Francia ¡54 km! por el camino histórico de la Vía Francígena, declarado Itinerario Cultural Europeo en 1994, que une la catedral inglesa de Canterbury con la plaza de San Pedro de Roma.

A la iniciativa de una profesora del liceo FRACASTORO de Verona (Italia), ciudad que presenció el más trágico de los idilios entre Romeo y Julieta, se unió el LYCÉE EDOUARD BRANLY de Amiens (Francia) entre cuyas murallas vivió el famoso escritor, creador del género de la Ciencia ficción, Julio Verne, y cuyo primer obispo veneramos en Pamplona por ¡San Fermín! y el IES PLAZA DE LA CRUZ, el más histórico de nuestros Institutos de Navarra.

Steven y sus nueve compañeros, acompañados de sus leales y hábiles escuderas, se enfrentaron a grandes batallas con el coraje y el buen humor que se les suponía: la anulación de su billete de tren a última hora (por motivo de huelga en Francia) pero también las basuras desparramadas, lluvias torrenciales, barros camineros, estricta limitación del uso del móvil durante la aventura en el extraordinario mundo de lo real y lo viviente…

Pero, amigos, ninguno olvidará ya los momentos de intercambio y juegos compartidos con italianos, franceses, con sus lenguas y culturas a cuestas, con los que había que entenderse sí o sí, el descubrimiento de París (oh là là!), de una manifestación multitudinaria para la jubilación de los trabajadores galos, la vida escolar en un campus francés de 3 institutos juntos, la yincana por Amiens en grupos internacionales, el concurso de fotografía, la experimentación con la realidad virtual en la facultad de ingeniería, la superación personal que permite caminar durante horas, el descubrimiento de Burdeos, pero por encima de todo, las horas de compañerismo y ayuda mutua necesarias para superarlo todo con la mejor de las sonrisas y volver transformado por tantas experiencias.

No serán experiencias baladís cuando sabemos que, más tarde, los estudiantes universitarios de ERASMUS encuentran empleo dos veces antes que el resto “no porque sepan más cosas, sino porque ser Erasmus te hace mejor persona” sostiene la profesora italiana Sofia Corradi, impulsora del programa que moviliza a 300.000 estudiantes europeos al año, también denominada, Mamma ERASMUS quien subraya que «los mayores logros son los que se consiguen en la esfera del desarrollo personal». El programa no está dirigido sólo a estudiantes sobresalientes; más que un privilegio para unos pocos pretende ser una oportunidad para muchos.

ERASMUS promueve la paz entre los europeos mediante el conocimiento mutuo. En momentos históricamente tan complicados como los nuestros, parece necesario el compromiso de mucha gente de buena voluntad. Las autoridades han reconocido que el programa Erasmus ha sido el más exitoso de todas las iniciativas comunitarias.

Su nombre está inspirado en el estilo de vida de Erasmo de Róterdam, famoso por su oposición al dogmatismo, quien viajó por diferentes universidades europeas con el fin de ampliar su conocimiento y sus experiencias. Y como el camino se hace al andar, estos diez estudiantes ya han puesto sus huellas en el camino de la construcción de una Europa mejor, más razonable, segura, sostenible y humana y menos tecnoilógica.

 

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