La escuela de Irurita celebra el Día del Síndrome de Angelman - La escuela de Irurita celebra el Día del Síndrome de Angelman - Dpto
Se consideran Escuelas Rurales aquellos colegios públicos de Educación Infantil y Educación Primaria localizados en zonas rurales, y que cuentan con unidades multigrado, es decir, grupos en los que una maestra o maestro imparte docencia a más de un curso al mismo tiempo. Estos centros cuentan por ello con menos de 9 unidades. Algunos de esos centros cuentan con una única unidad para todo el alumnado, son las llamadas escuelas unitarias.
Contatto: Sección Escuelas Infantiles y Escuelas Rurales
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2024/03/21
Fue un día especial en la escuela, ya que tienen un alumno con este síndrome en el colegio, Aitor. La actividad brindó la oportunidad al alumnado y el profesorado de acercarse a su realidad diaria y entenderla mejor su situación.
Para empezar a celebrar el día, comenzaron a hacer carteles en sus chromebooks... Pero les resultó muy difícil, ¡no sabían relmente qué es el síndrome de Angelman! Surgían montones de dudas, ¿qué hacer entonces?
La escuela entera se reunió en un pleno, de mayores a más jóvenes.
Antes de comenzar a explicar nada, el profesorado hizo una consulta popular: ¿qué sabéis sobre este tema? Hubo respuestas muy variopintas. Por ejemplo, pensaban que era una enfermedad, nombraron e incluso describieron algún síntoma, como la falta de habla o la necesidad constante de estar en movimiento.
A estas alturas eran conscientes de su desconocimiento y les picaba mucho la curiosidad. Sólo entonces el profesorado puso en marcha el siguiente paso: una presentación participativa, con su consiguiente debate. ¡Ahora sí iban comprendiendo la situación de Aitor!
Aun así, una cosa es comprender y otra ponerse en su lugar. Según habían aprendido, las características principales de las personas que padecen el síndrome son:
- deseo persistente de jugar con agua
- dificultades de comunicación
- control corporal
Algunas de ellas no son tan complicadas de asumir, pero otras... Por ejemplo, como Aitor no habla, ¿cómo expresa sus deseos? Con el cuerpo. Pero, como la mayoría no lo hacemos así, nos resulta muy difícil comprenderle. Además, ¡su control del cuerpo es muy diferente al nuestro!
¿Y entonces qué hacemos? En su caso, hicieron un taller para poder comprenderlo a través de los sentidos. ¿Cuántas veces nos dicen "no hagas eso, que te vas a hacer daño", pero no lo entendemos hasta que ocurre?
El profesorado distribuyó al alumnado por grupos. El primero fue a Harrikulunka a practicar su control del esquema corporal. Participaron en un circuito de equilibrio en el cual se pusieron de manifiesto que no somos iguales en absoluto; para algunas personas es muy difícil mantener el equilibrio, incluso en superficies planas; para otras es muy sencillo. Probaron con las piernas libres, atándolas con una cinta de fitness... Aunque de antemano decían “¡Qué fácil!", no lo era en realidad y se caían muchas veces. Entonces trataron de imaginar cómo sería pasar todo el día así, toda la vida. ¿Qué caras pusieron!
Otro grupo fue al Salón de Actos. Allí se pusieron en parejas, una persona hacía de alumna o alumno, la otra, de docente, y había caramelos repartidos por el espacio. El alumnado quería cogerlos, entonces, las y los docentes no se lo permitían. Les decían: "¡Chsss, no cojas eso!" Entonces se les formuló la siguente cuestión: ¿Y si no oyes? ¿Qué pasará?... ¿Qué podemos hacer?
El tercer grupo se instaló en el aula Xaguzelai y trabajó la comunicación. ¿Cómo nos comunicamos? Mayormente con palabras, claro... Pero, si no puedes articular esas palabras aunque lo que quieres enpresar sea sencillo, ¿cómo te sientes? ¿Qué puedes hacer?
Todo el alumnado pasó por los tres talleres por turnos. En todos vivenciaron cosas e hicieron una reflexión mucho más profunda de lo habitual.
Una vez finalizados los talleres, volvieron a reunirse y compartieron sus experiencias y reflexiones, y las escribieron en tarjetas. Para ello, el alumnado de todas las edades se mezcló y colaboró de manera natural.
Para acabar, se reunieron en el patio. Allí fueron expresando individualmente sus sentimientos e ideas y colocaron las tarjetas que habían escrito en un gran corcho, para que todo el mundo pueda acercarse y leerlo.
Fue una jornada realmente especial. Aprendieron muchísimo. ¡Qué importante es ponerse en el lugar de las otras personas!